viernes, 15 de noviembre de 2013

Lágrimas en la lluvia


Hay días que, por "h" o por "b", las circunstancias personales, los acontecimientos cotidianos..., hacen que nos encontremos más predispuestos a reflexionar o a conversar sobre temas algo más filosóficos que los de "los hijos", "lo mal que está todo", "el paro", "la corrupción"... Sin ir más lejos, hace unos días, mientras cenábamos, surgió el siguiente tema de conversación: ¿Hay algo más allá de la triste realidad de la muerte?

Como es de suponer, no alcanzamos ninguna conclusión definitiva, pues aunque es bien sabido que se barajan múltiples teorías, creencias y opiniones, ninguna de ellas ha podido ser demostrada por el momento. Pues como dice el acervo popular, aún no se sabe de nadie que haya vuelto "del otro lado” para contárnoslo. Así que de momento el asunto sigue abierto para un posterior debate…


El caso es que la mencionada conversación me trajo a la memoria la genial escena final de la película “Blade Runner”, concretamente lo que dice el replicante Roy Batty agonizando antes de morir; que por cierto, el doblaje al castellano es de Constantino Romero:

"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir."

Y enlazando con las reflexiones anteriores, me puse a elucubrar sobre el significado de estas palabras…

Las personas, mediante la religión u otras creencias tratamos de trascender a la muerte, de triunfar sobre ella... El dilema, la angustia que se refleja en el replicante no es más que un reflejo de la angustia humana, pues los seres humanos, como todos los seres vivos, hemos de morir inexorablemente. Está en la naturaleza de todas las cosas vivas el ser perecederas.

¿Pero cual es su propósito? ¿Por qué hay que morir? ¿Qué sentido puede tener una vida que, hagas lo que hagas con ella, indefectiblemente, ha de agotarse? Da igual que hayas visto las cosas más increíbles, que hayas contemplado la belleza de mil amaneceres, que hayas sentido las emociones más vívidas, que hayas experimentado el mayor dolor o la más inmensa felicidad. Al final, todos esos recuerdos tuyos, las personas que te amaron, los seres a los que quisiste, los libros que leíste, la música que te hizo estremecer, todos los instantes que para tí se convirtieron en algo inolvidable, se esfumarán. Con la misma facilidad con que la lluvia borra las lágrimas que tú derrames, la vida misma, la naturaleza finita de nuestra existencia nos barrerá en el tiempo. Un buen día, nada significaremos, ni nadie sabrá quiénes fuimos.

¿Será verdad que no hay forma de triunfar sobre la muerte, de perdurar, de "dejar algo de nosotros"? Esa es la gran ansia del alma humana. Más que volar, más que ser amado. La inmortalidad, el trascender al hecho inexorable de la muerte. Perdurar de alguna forma.

¿Será entonces ese anhelo solo un deseo, una ilusión... o será una realidad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario